Higiene bucal en niños asmáticos
El asma se considera un síndrome que incluye diferentes fenotipos clínicos y que, a su vez, comparten manifestaciones similares, pero probablemente etiologías diferentes.
En el III Consenso Internacional Pediátrico se estableció la definición como sibilancias recurrentes y/o tos persistente en una situación en la que el asma es probable y se han descartado otras enfermedades más frecuentes.
- Tos.
- Disnea: dificultad respiratoria.
- Sibilancias: sonido silbante durante la respiración, que ocurre cuando el aire se desplaza a través de los conductos respiratorios estrechos en los pulmones.
- Broncoespasmo: estrechamiento en luz bronquial como consecuencia de la contracción de la musculatura de los bronquios, lo que causa dificultad al respirar.
Un rasgo típico del asma es el empeoramiento de los síntomas durante la noche. También se manifiesta en ataques recurrentes que se desencadenan por diversidad de factores. El paciente no presenta síntomas cuando no está en crisis, aunque algún grado de broncoespasmo suele estar presente casi siempre en pacientes con formas graves de asma.
Los fármacos
Los fármacos para el tratamiento del asma están diseñados para tener un efecto local tópico y reducir al máximo los efectos sistémicos. Se administran por vía inhalatoria, ya que se ha comprobado que se consiguen mejores niveles de fármaco a nivel pulmonar. Aunque solo llegue el 20% del total, el 80% restante se deposita a nivel orofaríngeo y en las vías respiratorias altas.
El objetivo del tratamiento es el control de los síntomas con la menor cantidad posible de medicación, lo que dependerá de la intensidad que tengan, de la frecuencia con la que se presenten y de la potencia y frecuencia del fármaco de elección. El tratamiento debe estar dirigido a reducir la inflamación y estimular la broncodilatación.
- Broncodilatadores. Los más utilizados. La administración por vía aerosólica es la más eficaz dado su amplio margen terapéutico.
- Antiinflamatorios-glucocorticoides Es el tratamiento más efectivo para la inflamación de la vía aérea. Los glucocorticoides orales se siguen empleando para tratar exacerbaciones moderadas o intensas. Con los glucocorticoides inhalados, una gran parte de la dosis se deposita en la orofaringe. Son uno de los fármacos ampliamente utilizados por los pediatras en España para el manejo del asma, ya que su rendimiento terapéutico es muy alto.
La Academia Americana de Odontología Pediátrica señala que los niños con enfermedades crónicas que toman medicación pueden tener un mayor riesgo de enfermedades bucales. Un estudio poblacional realizado en Estados Unidos indica que los niños con enfermedades sistémicas tenían una prevalencia significativamente más alta de dolores dentales, bruxismo, índices de sarro, sangrado gingival, cálculo y caries, que niños sanos, como resultado de la estrecha relación dental y sistémica.
Enfermedades bucales derivadas de la medicación en niños asmáticos
- Caries. Muchos medicamentos inhalados tienen como vehículo el azúcar.
- Erosión dental
- Disminución del flujo salival
- Disminución de la cantidad de IgA secretora
- Efectos a nivel de la mucosa Los corticoesteroides inhalados pueden producir irritación de garganta, disfonía, sequedad bucal, candidiasis orofaríngea y, en algún caso aislado, aumento del tamaño de la lengua
- Gingivitis
- Candidiasis
- Halitosis El mal olor procedente de la boca se debe a la acción de las bacterias localizadas principalmente en el dorso de la lengua
- Cambios a nivel dentario Este tipo de pacientes infantiles suelen ser «respiradores bucales» al presentar dificultades en las vías aéreas superiores y suelen tener labios secos y agrietados. Cuando la respiración se torna crónica, empiezan a existir cambios tanto a nivel de oclusión como a nivel facial.
Plan de prevención y actuación en niños asmáticos
A continuación se exponen las pautas a seguir en un plan de prevención y actuación en pacientes infantiles asmáticos:
- Visitas periódicas para el control de la dieta e higiene bucal.
- Reforzar las técnicas de cepillado y del uso del hilo dental.
- Recomendar y enseñar a utilizar el limpiador lingual.
- Valorar la utilización de administrar probióticos orales para el equilibrio de la flora oral, ajustando la dosis en niños en caso de ser necesario. (Por ejemplo, Periobalance, Laboratorios GUM, a partir de 6 años de edad. • Existen en el mercado productos para la hidratación que restablecen la mucosa oral, estimulan la producción de saliva y, a su vez, contienen flúor, fundamental para la prevención de caries y erosión dental. Activital de Laboratorios GUM, pasta (a partir de 7 años) y colutorio (a partir de 10 años). • Masticar chicle Orbit durante 20 minutos, estimula la producción de saliva regulando así el PH.
Conclusiones
Teniendo en cuenta toda la información presentada a lo largo del artículo, se exponen a continuación algunas conclusiones, como que en pacientes en edad infantil asmáticos la principal preocupación es la patología del asma, quedándose en un segundo lugar las repercusiones orales que se derivan de los fármacos inhalados. Además, tienen más probabilidades de desarrollar patologías orales por la toma de dichos medicamentos.
En cualquier caso, es fundamental la concienciación por parte de pediatras y, por supuesto, por el equipo de salud bucodental en Atención Primaria, para poder llevar a cabo un plan de prevención especial para este tipo de pacientes y hacer su seguimiento en el programa de salud bucodental.
Por último, otra de las conclusiones, según toda la información recopilada, es la conveniencia de que el equipo de Atención Primaria valore la administración de probióticos y productos que restablecen la flora oral, estimulan la secreción salival y remineralizan el esmalte dentario.