Aceite de coco, ¿sí, no?
Últimamente me ha llegado a la consulta la curiosidad de varios pacientes respecto al uso de enjuagues bucales a base de aceites de coco. Por mi parte, en lo que he podido documentarme, no he encontrado ningún estudio concreto con el que poder avalar la eficacia de estos nuevos productos. Como profesional solamente puedo seguir recomendando mantener una higiene bucal con los productos clásicos.
Sí que he podido constatar que se encuentran con facilidad artículos que ensalzan tanto sus propiedades nutricionales -lo catalogan como un superalimento- como su eficacia terapéutica en diversas patologías. He aquí algunas de sus posibles virtudes:
1. El Aceite de Coco contiene una combinación única de Ácidos Grasos que lo dotan de propiedades medicinales muy potentes.
Las poblaciones que toman mucho Aceite de Coco están entre las más saludables del planeta.
El Aceite de Coco puede acelerar tu metabolismo haciéndote perder más grasa
El Ácido Láurico presente en el Aceite de Coco puede matar bacterias, virus y hongos, ayudando a eliminar infecciones
El Aceite de Coco puede reducir tu apetito, ayudándote a comer menos sin tan siquiera intentarlo
Los ácidos grasos presentes en el Aceite de Coco se transforman en cuerpos cetónicos, que pueden reducir las convulsiones
EL Aceite de Coco puede mejorar tu nivel de colesterol en sangre y reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
El Aceite de Coco puede proteger el cabello del deterioro e hidratar la piel
Los ácidos grasos presentes en el Aceite de Coco pueden incrementar la función cerebral de los pacientes de Alzheimer
El Aceite de Coco puede hacerte perder grasa, especialmente la peligrosa grasa abdominal.
Ahondando más sobre las propiedades antibióticas y fungicidas de este producto, he hallado información que corrobora que los triglicéridos de cadena media -que son los propios del aceite de coco- tienen potentes propiedades antimicrobianas. A su vez, también se ha demostrado su eficacia contra una gran variedad de virus, bacterias, hongos y parásitos patógenos.
Me gustaría resaltar lo interesante de poder combatir infecciones con estos nuevos antibióticos dada la resistencia creciente a los antibióticos actuales.
Y volviendo al campo que más me interesa, también he podido encontrar un interesante estudio irlandés al respecto del uso del aceite de coco modificado en relación a su uso para la higiene bucal. En el se destaca que este aceite, tratado con encimas, evitó “significativamente” el crecimiento de la bacteria Streptococcus mutans, que es una de las principales causantes de la caries. Y que también había sido eficaz contra el hongo de la levadura, responsable de provocar úlceras orales.
Si bien hay indicios prometedores que auguran un papel relevante de esta grasa para uso dental, aún faltan muchos estudios y ensayos que verifiques realmente su eficacia. Pese a todo si parece que en un futuro se dará luz verde por parte de los estamentos sanitarios a la utilización de colutorios o enjuagues dentales antisépticos donde el aceite de coco sea parte fundamental. Esperaremos al futuro.